Comienzan estas jornadas con un recordatorio sobre las diversas variedades de vid que hay en nuestro país y cuyo origen, según los estudios desarrollados, nacen en una planta de origen mediterráneo (Vitis vinifera), que a lo largo de los siglos se ha ido desarrollando bien de forma natural ó a través de la intervención del ser humano. Todo ello finaliza en un amplísimo factor cultural, con aplicación en la península ibérica, primer país del mundo en cuanto a la extensión de viñedo y diversidad zonal. Dispone de un registro de más de 60 Denominaciones de Origen.
Próximos a los años 2.000,en Egipto y la antigua Mesopotamia se aprecian signos evidentes (escritos diversos, lugares de culto.. etc) que concluyen en que la vid y el vino formaban parte de la vida cotidiana del hombre en las más diversas escalas sociales y que se consideraba como buen alimento, medicina o incluso cosmético. Precisamente en esta exposición del Jardín Botánico se pueden observar las técnicas de cultivo, desde la antigüedad, hasta nuestros momentos actuales.
Otro de los atributos investigados y relacionados con el vino es la salud, destacando sus buenas cualidades que se han puesto de manifiesto a lo largo de la historia por el CSIC, destacando por ejemplo el uso de los polifenoles como componente imprescindible en el tratamiento de molestias intestinales, bucales ó incluso de mayor trascendencia como el cáncer.
La poda es una de las acciones que tuvieron muy en cuenta nuestros antecesores en la elaboración vitivinícola y así los descifraron nuestros analistas constatando a través de los tratados agrícolas que utilizaban unas técnicas de poda, y que por la forma de proceder las diferenciaban en podas largas, intermedias y cortas, dependiendo su extensión. Hay indicios de una cuarta poda que las dedicaban a las pasas.
Los injertos también son motivo de análisis en esta exposición del jardín Botánico por parte de los investigadores, destacando el injerto de las variedades más selectas sobre los pies más deficientes y la técnica de los abonos que sobre aquellos les nutrían con cenizas, estiércol, fenómeno llamado “empolvado” .Lograban con estas técnicas combatir ciertas enfermedades como la polilla del racimo.
Las peculiaridades del consumo del vino en el mundo islámico estaba considerado como un delito que se castigaba con penas de azotes, no así en el mundo andalusí que entendían que si el consumo se realizaba privadamente era una opción de carácter individual y por tanto intrascendente pero que se agravaría si se hacía en público. Bajo este prisma legislativo la alta sociedad representada por príncipes, aristócratas en las reuniones ó tertulia de bebida moderaban el consumo de vino. Si el consumo se realizaba en tabernas (en ciudades como Córdoba ó Sevilla), las autoridades pertinentes perseguían a estos consumidores para tenerles debidamente controlados. En el ámbito del cristiano eran estos quienes comercializaban el vino, que se consumía tanto en los espacios privados, como en la celebración de diversas fiestas más populares
Un saludo desde MisVinos.com