Para desarrollar este análisis, recogieron datos sobre una encuesta de salud llevada a cabo en Inglaterra y por un periodo de 10 años concluyendo que, si se comparaba con personas que nunca habían bebido, la actividad protectora del alcohol se reducía a mujeres mayores de 65 años y, en menor medida, a hombres de entre 50 y 64 años. Incluso entre estos grupos, planteaban que las escasas ganancias obtenidas del consumo de alcohol se debían a la selección de las personas componentes de este estudio. La revista científica British Medical Journal estimaba que media copa de vino diaria (5 gramos de alcohol) era la cantidad óptima para proteger la salud. Beber hasta esta cantidad podría evitar más de 4.500 fallecimientos al año en Reino Unido, de acuerdo con los investigadores que realizaron aquel análisis.
Otras opiniones autorizadas, como la española Linda Badimón, perteneciente al Centro de Investigación Cardiovascular de Barcelona (CSIC-ICCC), afirma que un consumo moderado de cerveza, con una dosis de dos cañas de cerveza al día para los hombres y una para las mujeres, favorece la función cardiaca general.
Emanuel Rubin, de la Universidad Thomas Jefferson de Filadelfia (EE UU), aseveraba en un artículo publicado recientemente en Alcoholism: Clinical and Experimental Research, que “la aplastante evidencia sugiere que los médicos deberían aconsejar a quienes nunca han bebido en su vida que entre los 40 y los 50 se relajasen y tomasen una bebida al día, preferiblemente con la cena”.
Después de estas orientaciones científicas, donde no se aprecia que la ingesta de pequeñas cantidades de alcohol aporte ningún tipo de perjuicio sobre nuestra salud, no por ello salen otras voces con claros signos opuestos.
Un estudio reciente calculó que media copa de vino diaria podría reducir 4.500 muertes anuales en Reino Unido. En este artículo los autores pretenden matizar los resultados basados en un consumo moderado de alcohol, a la vez que desmerecen la opinión de los abstemios que beben un poco por considerarlo inadecuado.Esto se explicaría, por ejemplo, porque uno de los grupos de personas que no beben nunca nada son los antiguos alcohólicos, que tienen la salud más deteriorada por su pasada adicción a la bebida. Eliminando grupos como éstos, los responsables del trabajo afirman que los efectos protectores del alcohol se reducen en gran parte de los casos. Teniendo esto en cuenta, sería posible que, en realidad, las personas que continúan bebiendo a partir de cierta edad lo hacen porque están más sanos y pueden, sin que eso signifique que es el alcohol lo que les da la salud.
Mas opiniones como las de Mike Daube, profesor de política sanitaria en la Universidad Curtin (Australia), que también publica en este número de BMJ, y culpa a las compañías productoras de bebidas alcohólicas, a los medios, a los políticos e incluso algunos médicos, de apoyarse a unos escasos datos sobre los beneficios del consumo moderado de alcohol que serian demasiado optimistas sin ser reales. Titulares como ‘unas pocas consumiciones pueden ayudar a reducir los ataques al corazón’ promovieron mensajes sobre las propiedades cardio-protectoras del alcohol; muchos médicos se sintieron cómodos asegurando a los pacientes que el alcohol podría ser beneficioso y los políticos utilizaron esas pruebas sobre posibles beneficios para justificar su fracaso a la hora de actuar para reducir daños. Aconseja este profesional australiano y pide a los diversos profesionales de la salud que eliminen las recomendaciones según las que, incluso en cantidades moderadas, el alcohol puede ser bueno para la salud. Además, reclama que sean las autoridades sanitarias las que ofrezcan los consejos sobre salud y que ese puesto no lo suplante la industria del alcohol, y acusa a los gobiernos de no querer enfrentarse al poder económico de la industria internacional del alcohol.
Ramón Estruch, investigador del Hospital Clínico de Barcelona y experto en los efectos del alcohol sobre la salud comenta, Está claro que a la industria le van bien estos mensajes positivos, pero eso es algo posterior. En nuestro caso, por ejemplo, los estudios los ha sufragado el Instituto de Salud Carlos III y el Ministerio.
Estruch, investigador australiano denuncia la influencia de la industria del alcohol en las políticas sanitarias. Comenta que la validez de la investigación de este tipo de estudios de cohorte suelen dar un nivel de evidencia intermedio. Para tener resultados más concluyentes, sería necesario hacer un estudio más aleatorio, en el que unas personas sigan una dieta o beban una bebida alcohólica y otras no,y se haga un seguimiento a largo plazo. En cualquier caso, este investigador mantiene que hay mucha evidencia a favor de que beber moderadamente es mejor que beber muchísimo ó no beber nada, y que es mejor beber vino ó cerveza que bebidas con más graduación.
Ante tal cantidad de opiniones la nuestra sigue siendo, y así lo manifestamos en esta web que:
“Beber moderadamente es el ejemplo a seguir para mantener un equilibrio saludable”
Un saludo desde Misvinos.com
